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jueves, 9 de abril de 2015

04 de Abril del 2015 - Mensaje de la Virgen María a través del Vidente Marcos Tadeu

 Jacareí, 04 de Abril del 2015
Transmisión de las Apariciones Diarias en vivo vía internet en la WebTV 



MENSAJE DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA



“Mis Queridos Hijos, hoy, contemplan el sábado de Mi Gran Dolor, de Mi Gran Soledad.

Soy la Madre de la Angustia y de la Soledad, porque hoy quedé sin Mi Hijo Jesús que estaba muerto y sepultado en la fría tumba, donde los Discípulos juntamente Conmigo, lo dejamos en el día anterior.

Es el día que quedé sin Mi Hijo, es el día en que permanecí llorosa y dolorosa, rezando y vigilando continuamente a la espera de Su Resurrección.

Yo Soy la Madre de la Angustia y de la Soledad, porque en el día de hoy no había ningún consuelo para Mi Corazón, Mi Hijo estaba muerto y Yo no podía nuevamente tenerlo en Mis Brazos, no podía siquiera cerrarles las llagas, porque Él estaba cerrado en la dura tumba.

Por eso, Mi Corazón continuamente era invadido por olas de Dolor y de Tristeza, de Lágrimas y de Aflicción, Angustia y Soledad. Continuaría también a repetirse a lo largo de los siglos hasta el fin del mundo. Porque muchos, a pesar del Sacrificio de Mi Hijo para salvarlos, muchos rechazarían a Mi Hijo. Muchos no lo querrían amar. Muchos no le darían sus corazones y con deshumana crueldad, renovarían todos Sus Sufrimientos, viviendo en pecado.

Por eso, Yo sabía que aún tendría que llorar a lo largo de los siglos por ver a Mi Hijo muerto y sepultado en tantas almas, en tantas vidas y corazones que no lo aceptarían y que lo matarían, prefiriendo el pecado.

Soy la Madre de la Angustia y de la Soledad, porque ni incluso los Discípulos creían más en la Resurrección de Su Maestro. Y Yo sabía que aquella falta de Fe en la Divinidad de Mi Hijo Jesús, continuaría repitiéndose a lo largo de los siglos en tantos Hijos Míos. Que, a pesar de conocer la Verdad, continuarían dudando de la Divinidad de Mi Hijo, lo negarían en los momentos de sufrimiento y probación y lo traicionarían como Judas, prefiriendo los pecados y las glorias del mundo en vez de Su Maestro. Muchos se aborrecerían con la Palabra de Mi Hijo, con la Verdad. Muchos se enojarían con Él. Lo dejarían, traicionando y prefiriendo la obra de las tinieblas.  

Por eso Mis Hijos, Yo continúo aún hoy, siendo la Madre de la Angustia y de la Soledad, porque muchos de Mis Hijos continúan despreciando a Mi Hijo Jesús, continúan también despreciando Mis Dolores, no correspondiendo al Gran Amor con el cual Jesús y Yo sufrimos tanto por ustedes.

Este Amor que fue hasta la locura de la cruz no es correspondido, no es amado, no es verdaderamente aceptado y acogido por ustedes. Por eso, Yo Soy la Madre de la Angustia y de la Soledad, que aún hoy, es abandonada por Sus Hijos, es traicionada por Sus Apóstoles y prueba el cáliz de la más amargura soledad y abandono, ingratitud que les dan Sus propios Hijos.

Soy la Madre de la Vigilancia y de la Espera, porque hoy también quedé vigilante en la Oración para esperar la Resurrección de Mi Hijo Jesús. Y por eso, es Mi Misión Materna ayudarles también a vigilar para Su Segunda Resurrección Gloriosa, o sea, Su Segunda Venida en Poder y Gloria sobre las nubes del Cielo que ya está próxima de ustedes.

Vigilen Conmigo en la Oración, en el ejercicio de las Virtudes, de las Buenas Obras. Vigilen Conmigo en la espera de Jesús, cultivando todos los días siempre más el Amor por la Oración, viva, profunda, hecha con el corazón, la única que les puede hacer encontrarles con Dios y Conmigo, sentir Nuestro Amor y recibir el influjo de Nuestras Gracias.

Vigilen Conmigo en el Sacrificio, en la Penitencia, en la fuga del pecado, en la renuncia de sus voluntades y sobretodo, vigilen Conmigo en la meditación continua de las señales insistentes que Dios les envía a través de Mí, mostrándoles que están en el fin de los tiempos. Y que muy pronto sonará para este mundo rebelado contra Dios, la hora de Su Castigo y de la Justicia para con los malos y el premio para los buenos.

Consuelen Mi Dolor, consuelen Mi Corazón Inmaculado de Mi Gran Soledad, dándome hoy el “Sí” de ustedes, dándome hoy sus corazones, entregándome sus vidas como Mi Hijito Marcos hace poco les habló y enseñó a hacer. Recen con el corazón como él reza Mi Rosario y la Coronilla de Mis Lágrimas. Hagan de su Oración un acto de Amor, de Cariño, de Encuentro, de Verdadero Consuelo y abrazo Conmigo. Entonces, verdaderamente Me consolarán, verdaderamente Me amarán y Yo también les consolaré y les daré Mi Amor. Entonces, la Oración de ustedes será viva, poderosa, transformadora, transformándoles cada día más en Mis Verdaderos Hijos de Mi Corazón Inmaculado, en Mis Verdaderos Apóstoles y la Oración de ustedes inflamará los corazones de los otros, transformándolos también en Hijos Míos y Apóstoles de Mi Corazón.

Consuelen Mi Gran Dolor siendo los nuevos Juanes de Mi Corazón Inmaculado, Hijos que cuidan de Mí, que están Conmigo en todo momento y que se ocupan de Mis Obras, o sea, cuidan de salvar las almas de Mis Hijos, de llevarles Mi Palabra y de instaurar en ellos el Reino de Mi Hijo Jesús y de Mi Corazón Inmaculado. Entonces, verdaderamente, Me quitarán el Manto Negro de Dolorosa y Me darán el Manto Azul de la Alegría, de Júbilo, de la Conversión de Mis Hijos, de la vuelta de todos Mis Hijos a Mis Brazos para que Yo les conduzca a Dios.

Yo Soy la Madre Dolorosa de ustedes, sufro con sus sufrimientos, sufro por el Castigo que viene para ustedes en el futuro. No quiero que sufran Mis Hijos, por eso, para que no sufran mañana: ¡Conviértanse ahora! Cambien de vida. Denme su “Sí”, el “Sí” que estoy hace tantos años pidiéndoles, esperando. Para que entonces, verdaderamente Yo pueda cambiarles, transformarles en las copias vivas de Mi Corazón Inmaculado, en los reflejos vivos de Mi Luz Inmaculada para juntos disipar las tinieblas de este mundo dominado por Satanás y completamente oscurecido por la noche del mal y del pecado.

Entonces Mis Hijos, clareará muy pronto para todos ustedes la aurora de un nuevo tiempo de Gracia, Amor, Salvación y Paz.

¡Adelante! La hora de la Resurrección Gloriosa de ustedes se aproxima. Vigilen Conmigo porque muy pronto, despunta la aurora y el nuevo día del Triunfo de Mi Corazón Inmaculado estará llegando para ustedes. Continúen rezando todas las Oraciones que Yo les mandé aquí, especialmente de la Coronilla de Mis Lágrimas y de Mis Dolores.

A todos aquellos que lo rezan todos los días, o por lo menos la Coronilla de Mis Dolores una vez por semana, ahora doy la Indulgencia Plenaria de Mi Corazón. Y especialmente a aquellos que todos los sábados viene aquí en esta Capilla a consolarme con sus Oraciones y con su cariño, ahora doy Mi Bendición Especial: de LA CODOSERA… de CARAVAGGIO… y de JACAREÍ.”


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